¿Tienes "WhatsAppitis"?



Mirar el móvil todo el rato para ver si han leído tu mensaje. Contener el aliento hasta que recibes una contestación. Observar con agobio la última hora a la que tu pareja se ha conectado. Síntomas de que eres un adicto a WhatsApp, o por lo menos que usas la aplicación de forma un poco obsesiva. La gente que padece este trastorno lo pasa mal, pero también hacen sufrir a su entorno. ¿Cuántas discusiones de pareja se habrán producido por el dichoso doble ‘check’?. Descubre cómo son los pasos que tienes que seguir superar tu adicción a WhatsApp.

Lunes, 02.30h de la mañana. Apenas quedan seis horas para ir al instituto. Suena el móvil, han llegado varios mensajes de WhatsApp. “¿Qué tal?” “¿Qué haces?” “¿Por qué no me contestas?” “¿Estás enfadado conmigo”? Y lo peor de todo no es que te hayan despertado. Lo más lamentable es que no si no contestas, de verdad van a creer que “estás enfadado”. Sin darte cuenta te has buscado un problema mientras dormías.
Esto es solo un ejemplo de como el WhatsApp afecta a nuestra vida diaria.

Los sintomas

WhatsApp pasa a ser adictivo desde el momento en que recibes un whatsapp y esto pasa a ser la prioridad numero uno, el resto de actividades pasan a segundo plano llegando a causar problemas de pareja, amiogos, familia, etc 

Esta es la lista de síntomas que indican que eres un adicto a WhatsApp, o por lo menos que haces un uso demasiado obsesivo de la aplicación:
-Estas pendiente todo el rato de recibir nuevos WhatsApp.
-Miras de forma obsesiva el ‘doble check’ para ver si se los mensajes enviados se han leído.
-Padeces el síndrome de las ‘vibraciones fantasma’.

¿Porque no contesta?

Mirar el movil de forma obsesiva para ver si has recivido un mensaje o ver si te han respondido a un mensaje es uno de los sintomas mas evidentes y si esto va acompañado de una sensacion de desanimo por no haber recibido ningun mensaje el problema es aun mas evidente.
En estas situaciones hay que recordad que no hay que darle a Whatsapp el mismo valor que se le da a una corversacion cara a cara y que no tiene el mismo valor ya que en ningun caso refleja como somos como persona no lo que para mi representa la otra persona.



La vibracion fantasma
La obsesión por recibir mensajes en WhatsApp puede hacer que sientas vibraciones de tu ‘smartphone’ que no existen. Estas ‘vibraciones fantasma’ vienen acompañadas de mucho estrés, que es más intenso cuantas más veces mires el móvil para ver si te ha llegado algún mensaje.
Aquí hay un problema añadido: los ‘smartphones’ están muy implantados en el día a día. Conseguir que alguien lo apague es (casi) una misión imposible. Según un estudio, el 55% de los españoles come con el móvil al lado, un tercio se lo lleva al baño y sólo un 25% lo apaga cuando mantiene relaciones con su pareja.

YO eligo con quien hablo y cuando lo hablo

Date el lujo de apagar el móvil cuando te apetezca. Y si no quieres desconectarlo, por lo menos permítete no contestar a los mensajes que te llegan. “Uno tiene que saber administrar su conectividad y su privacidad” “De lo contrario WhatsApp puede acabar vulnerando la intimidad”.
No entres al juego de dar explicaciones a una persona que se enfada contigo porque no le has contestado. Es problema suyo, no tuyo. Hacer lo contrario sólo empeorará el problema. “Cuando alguien contesta sin parar a todos los WhatsApp que recibe y no es capaz de postergar ese momento se genera un espacio de dependencia, no sólo suya, del resto de personas también”
WhatsApp es una herramienta de comunicación, nada más. No debe sustituir los entornos humanos.

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“Yo no creo que haya una adicción como tal a WhatsApp, yo hablaría más de una cierta dependencia emocional y social”, explica Francesc. La comunicación que se establece a través de esta aplicación tiene un valor añadido. No es igual que hablar cara a cara. “Interactúas en un espacio nuevo. Mientras esperas a que te contesten se potencia la imaginación y el deseo. Este gozo es parte del atractivo de WhatsApp”, comenta el profesor.
El poder de atracción de WhatsApp también tiene mucho que ver con lo que Núñez Mosteo llama “distancias artificiales”. Usa el siguiente ejemplo para explicar el concepto: “Puedes estar sentado en la misma mesa que otra persona en una gran cena, cada uno en una esquina. El hecho de que inicies una conversación por WhatsApp abre una nueva distancia en esa comunicación que antes no existía. Esto es algo que puede llegar a ser muy seductor”.

Consejos para evitar problemas.

A lo mejor no eres tú el enganchado a WhatsApp. Puede que sean tus amigos, o tu pareja. En estos casos hay unos trucos que puedes poner en práctica para que no te atosiguen sin parar:
-Oculta la hora de tus mensajes de WhatsApp. Así nadie sabrá a qué hora los has enviado.
-Bloquea o elimina a las personas que no te aporten nada y que te escriban sin parar.
-Abandona los grupos de WhatsApp que ya no te interesen. De lo contrario sólo conseguirás agobiarte con mensajes innecesarios.
-Si es necesario, borra el historial de conversaciones de WhatsApp.



Angel Julian Manzanares de la Guia
1º Bachillerato a distancia

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